domingo, 10 de octubre de 2010

Decórame otra vez

La creatividad como arma profesional
En la misma calle donde trabajo, unos metros más arriba o abajo, depende como se mire, hay una academia de peluquería y maquillaje. Ví a esa chica, estaba con algunas compañeras a la misma puerta del centro académico fumándose un cigarrillo, y no me resistí a pedirle que me dejase fotografiarla con mi móvil. Me impresionó la belleza y capacidad creativa con la que adornó su rostro, su cabeza, su cuerpo. El maquillaje, la peluquería, el vestuario habían hecho de ella una bailarina de un ballet o una artista del teatro. Pero no, simplemente ella es una alumna más de una academia de estas a las que algunos no dan el valor que tienen porque ven en ellas a las chicas o chicos fracasados que abandonan los estudios de bachillerato a una pronta edad. Yo me pregunto que qué sería de las feas si no hubiese maquilladoras/es, peluqueras/os. También cabría preguntarse qué sería de los artistas, presentadores, etc.. que necesitan de una buena profesional a la hora de realizar sus trabajos ante las cámaras o en público; sin contar con las novias que se casan, con los personajes que acuden a fiestas o eventos y se apoyan en la imagen para convencer o impresionar.

Photo by Camel

Ahora que volvemos a revivir el debate por la Formación Profesional tendríamos que tener en cuenta la labor que hacen muchas/os jóvenes que proceden de este tipo de escuelas. Apoyémosles entonces en esas batallas, su precioso arte, lo que son capaces de hacer y el futuro de su profesión para configurar mejor su vida, por ejemplo. -Camel-

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