Se llama o se le conoce en el barrio de Madrid por donde se mueve, por Kike. Él es así, vagabundo, aunque simplemente su forma de vida sea distinta a la de otros humanos: el dormir en cualquier rincón de la ciudad, el pasear su cartel por las calles que habitualmente frecuenta y en las que ya es conocido, en el pasar tremendamente frío, en el estar sin alimentarse...
Kike (además no pide para comer) muestra un cartel con su poesía y la sobredosis de filosofía que le da la experiencia de estar siempre con el cartón encima de su cuerpo para abrigarse del frío del invierno, también le sirve en verano...
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| Kike (Madrid/12/10). Photo by Camel |
Kike dice que busca una chica bonita, aunque también dice que es feo. Kike tiene su punto de sabiduría, esa que no percibimos los que mejor “vivimos”. Kike sonríe cuando desde dentro del restaurante en el que estoy almorzando con un amigo, le hago una foto a través del cristal adornado con luces navideñas, Kike parece feliz por un instante. Luego, cuando salgo del lugar, Kike vuelve a estar recostado en un lugar de la plaza que ya es como su casa. Kike no piensa en la navidad, ni en las vacaciones, ni tan siquiera en los papeles del 'cablegate' de Wikileaks; sueña con tener una chica bonita que le quiera, aunque él diga que es feo… Para mi ya es Kike, un vagabundo filósofo, un poeta en una ruta desasistida: la del Universo Humano. -Camel-
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| Leyenda de Kike |
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